17 Oct
17Oct

’En el principio era el verbo’’, con esta cita del evangelio de Juan es como inicia Alejandro Hernández Gálvez su libro 'Sombrillas, sombreros y sombras', editado por Cabeza Prusia. 

Desde el inicio el autor nos plantea la primera duda: para hablar de arquitectura, ¿por dónde se empieza? ¿Por su forma o su función? ¿Por su obligación con la sociedad o por su monumentabilidad como arquitectura del poder? Con base en lo anterior, el autor nos presenta lo que parece ser una línea del tiempo, donde narra algunos acontecimientos que nos llevarán a comprender el por qué y cómo surge la arquitectura —una de las hipótesis que nos plantea el autor es que la arquitectura surge como una necesidad que tuvo el hombre primitivo de obtener un refugio modificando su entorno natural—, aunque Vitruvio nos relata este momento de una forma diferente: “…en el principio había humanos viviendo como bestias, refugiados en bosques y cuevas, cuando la tempestad y el viento crearon el fuego y ante el asombro del humano, que vivía como bestia, vio un beneficio en el fuego y al no saber cómo generarlo, decidió protegerlo con ramas y hojas creando así la primera arquitectura…”— así como los acontecimientos y transformaciones que ésta experimentó y que la llevaron a ser lo que es hoy en día.

Entonces, ¿por qué mencionar a Vitruvio en el libro? La primera vez que escuché a alguien hablar de Vitruvio, fue a mi profesor de Taller de Dibujo en el primer cuatrimestre de la carrera de arquitectura. Durante esas primeras clases, el maestro intentaba darnos una idea de lo que era para él la arquitectura, haciendo referencias del trabajo de otros arquitectos, contando anécdotas de algunas de las experiencias que tuvo en algunos proyectos que realizó, aunque a veces terminan cayendo en un dialogo sin sentido lleno de ideas vagas y poco coherentes. Fue durante esas clases que surgió para mí el primera definición de lo que era la arquitectura, esa definición que, conforme avanzaba el tiempo y mi educación, se iría transformando.

Plano de una casa griega según Vitruvio. Fuente: Wikipedia (es.wikipedia.org)


Volviendo a Vitruvio, ¿por qué hablar de él al principio, no sólo de la carrera, sino también del libro, pero a la vez no sólo del libro, sino también de la arquitectura? Simplemente porque, para hablar sobre los principios de la arquitectura, hay que hablar de Vitruvio: el arquitecto, el escritor, el ingeniero militar, el tratadista, el autor  de De Architectura, el tratado más antiguo que se conoce de arquitectura y el único de la antigüedad clásica. Tal vez, llegado este momento, seguirán preguntándose, ¿por qué hablar del tratado de Vitruvio si éste tiene más de 20 siglos de antigüedad? ¿Cómo algo tan viejo puede seguir siendo importante en la actualidad? Porque para hablar de los principios de la arquitectura, para tener una idea de lo que es la arquitectura, hay que conocer el pasado de la misma, ya que las etapas que experimentó a lo largo de los años nos llevan a comprender la arquitectura actual, y esto es parte de la formación del arquitecto.

Platón, en su tiempo, dijo: ‘’la dignidad de la arquitectura como vecina de la sabiduría y como virtud heroica”. Quizá hacía referencia a lo que mencioné anteriormente, o tal vez subrayaba las bases que todo arquitecto debe tener y los aspectos que siempre debe tomar en cuenta durante su formación y carrera profesional, donde lo aprendido debe servir a lo aplicado.

"La práctica no enriquece a la teoría: la válida; en el peor de los casos, la traiciona.”

Conocer parte de la historia de la arquitectura nos ayuda a la hora de diseñar; pienso en los procesos de diseño donde el arquitecto se ve casi obligado a innovar, donde debe buscar alternativas eficientes, una buena estética, que tengan que ver con sustentabilidad (algo muy importante a considerar en la actualidad). Todo esto depende de lo que el arquitecto quiera expresar a la hora de crear esos espacios donde interactúan cuerpo y arquitectura, y vemos que “a veces el diseño lleva una complejidad, misma que se soluciona con la lógica que se pensó”. Un claro ejemplo de esto es el edificio Aldar Headquarters en Abu Dhabi, en el cual, para que pudiera ser desarrollado, se ocupó una de las reglas más antiguas de arquitectura: la proporción.

Uno de los recursos más antiguos que tiene a su disposición el arquitecto es el dibujo, que lejos de ser "obsoleto" —me ha tocado escuchar como algunos compañeros de la carrera dicen que prefieren empezar a diseñar un proyecto directamente en sus computadoras porque no le ven caso dibujarlo a mano antes—, es donde se comienza a plasmar la esencia del proyecto, inclusive en los últimos años se ha considerado el bosquejo previo como parte del proceso diagramático. 

Volviendo al libro, el autor nos dice que: “es una colección de textos, propios y apropiados”; ya que, conforme la lectura, nos adentramos no sólo en su propia visión de lo que es la arquitectura, sino también en la que tuvieron otros personajes como Lucrecio, Rousseau, Perrault, Le Corbusier, Hitchcook, Heidegger, hasta Woody Allen, el genio detrás de 'Manhattan', película de 1979 en la que la arquitectura de Nueva York se vuelve un personaje más dentro del filme. La referencia que hace Alejandro Hernández con todos ellos nos lleva a entender [los principios de la arquitectura], que fruto de la diversificación de opiniones podemos estructurar y expandir esa visión existente y comprender la universalidad de la misma.

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